INTRODUCCIÓN

1.- Posicionamiento en pista y toma de decisiones tácticas bajo presión.

2.- Acompañamiento, comunicación y conexión con la pareja de juego.

3.- Aceptación, gestión y convivencia con el error.

La primera nos servirá para, partiendo de lo más básico y general, permitirnos aprovechar al máximo las características propias como jugador de padel. Es decir, si soy un jugador dotado especialmente para la defensa, mi posición en pista estará encaminada a garantizar a mi compañero que podré ayudar al equipo tomando más responsabilidades en defensa y facilitando la llegada al momento de la definición del punto.

El padel se ha definido muchas veces como un juego individual que se juega en pareja. No deja de ser importante por repetido, ya que la idea de cada jugador de mejorar su ranking o de acceder a mejores jugadores como compañeros, está INEVITABLEMENTE vinculada a la suerte que corra con mi pareja en cada momento. En este sentido, desarrollar empatía, medios de ayuda y recuperación anímica cuando mi compañero está atravesando un mal momento es vital, porque se trata de salir juntos del bache, no de caer los dos en compañía.

La gestión de la derrota y el error es fundamental en cualquier aspecto de la vida y de cualquier deporte, pero en el nuestro, donde la pelota siempre vuelve rápido, donde golpeamos un número altísimo de veces, más. Nadie gana más que pierde, nadie acaba un partido sin errores no forzados, manejar la frustración, aceptar el error como parte de lo seguro y utilizarlo como acicate y no como losa de frustración es decisivo. Aceptar el error es el primer requisito para el próximo acierto.
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